El Teresiano me permitió desarrollarme en todos los ámbitos: académico, espiritual, social, deportivo y cultural. Este semestre obtuve un reconocimiento de Excelencia Académica y le doy gracias a mi antigua escuela y profesores de quienes aprendí muchísimo y que principalmente me enseñaron a tener un balance en mi vida, donde me puede ir excelente en la escuela, así como mantener una relación cercana con amigos y Jesús. Doy muchas gracias por el nivel académico y por inculcarnos siempre el liderazgo, ya que eso me ha permitido destacarme y ser parte de grupos de liderazgo actualmente.

Algo que siempre llevaré en mi corazón de Teresiana son los valores de servicio, responsabilidad, liderazgo y amistad con Jesús. Esto me ha permitido desenvolverme en nuevos ambientes, en ser partícipe de muchos eventos de acción social y a nunca olvidar ser agradecida con Dios. En el verano 2016, fui a trabajar a Colorado a un campamento para personas con discapacidades. Aprendí a valorar todo lo que tengo, apreciar los pequeños detalles y gestos de amor. Es un lugar lleno de amor, felicidad, igualdad, sin juicios, sin preocupaciones y sin limitaciones.